Qué hacer con los
viejos ordenadores?
En España genera al año entre 100.000 y 160.000 toneladas de
basura electrónica doméstica y si se incluyen los residuos de la industria
electrónica, los del resto de industrias y los de establecimientos comerciales
públicos y privados, podría alcanzarse la cifra de una 200.000 toneladas de
basura al año. Los datos más recientes estiman en unas 40.000 toneladas anuales
el total de residuos procedentes de PCs y monitore. Con estas cifras parece
razonable comenzar a preocuparse sobre el modo de deshacerse de los ordenadores
personales.
Un ordenador queda
obsoleto no porque no se pueda trabajar con él, sino porque no podemos
instalarle utilidades nuevas (paquetes de Office, contabilidad, videojuegos,
diseño gráfico, etc...). Un ejemplo claro lo constituye el procesador Pentium:
cuando apareció, los programas de ordenador se desarrollaron para él. Además,
las conexiones para periféricos cambian, se modernizan y dejan de ser
compatibles con las de anteriores aparatos. Llega un momento en que ampliar el
ordenador resulta más caro que comprar un nuevo equipo, porque es difícil
encontrar hardware de la antigua generación, sin olvidar la memoria que
necesitan las máquinas para instalar la última versión de un vídeo-juego o la
velocidad de navegación en Internet, que requieren un equipamiento mínimo.
Por ello, cuando el ordenador ya no puede ampliarse más, y
tanto las empresas como las familias deciden invertir en una nueva máquina, el
viejo aparato se convierte en un estorbo. Primero todos los usuarios tratan de
regalárselo a alguien. A menudo se convierte en el ordenador para el hermano
pequeño; para la segunda residencia; para mamá, que sigue un curso de ofimática
y le puede servir... Pero al cabo de un tiempo queda definitivamente relegado y
hay que deshacerse del artilugio.
Residuos muy
contaminante
La importancia de depositar los residuos electrónicos en
lugares de recogida habilitados al efecto se debe al potencial contaminante de
sus componentes. Las baterías de los ordenadores portátiles o la pila son
dañinas para el medio ambiente, pues contienen metales pesados. Los monitores
de los ordenadores constan de un tubo de rayos catódicos, y la pantalla
contiene fósforo. En la composición de un ordenador podemos encontrar platino,
cobre, o incluso mercurio. Con el reciclado se evita que se filtren a la
naturaleza y, al mismo tiempo, se consigue que regresen al circuito económico.
Hasta el pasado año, las empresas fabricantes no se hacían
responsables de los equipos informáticos que vendían, no era su obligación y
tampoco se encontraba entre sus inquietudes. Sin embargo, actualmente, el Real
Decreto 208/2005 de 25 de febrero, sobre aparatos eléctricos y electrónicos y
la gestión de sus residuos, reconoce a los propietarios de los ordenadores la
posibilidad de devolvérselos a los distribuidores. Son estos quienes deben
hacerse cargo de los aparatos y proceder "a su correcta gestión",
que, según la norma, si deciden no realizar por sí mismos, deben encargar a
gestores autorizados o "participar en sistemas integrados de gestión en
los que pueden intervenir los distintos agentes económicos".
El Real Decreto aprobado en 2005 regula el reciclaje de
sistemas informáticos personales, tales como ordenadores personales (incluida
la unidad central, el ratón, la pantalla y el teclado) o portátiles, impresoras
e, incluso, máquinas de escribir electrónicas. Aparatos que se pueden hacer
llegar al distribuidor aunque, si alguien lo desea, puede depositarlos por su
cuenta en eco parques, puntos limpios o lugares donde también se recogen el resto
de electrodomésticos que no se pueden tirar en los contenedores urbanos.
Una vez que los usuarios particulares o las empresas
depositan su chatarra informática en estos puntos de recogida ecológica, las
empresas públicas se encargan de su separación y tratamiento para el reciclado.
En el caso del Gobierno Vasco, los gestores de los «Garbigunes», nombre que
reciben los puntos limpios, son las diputaciones forales, los diversos
ayuntamientos y las mancomunidades. Según la información ofrecida por la Administración
vasca a través de su web, una empresa contratada para tal fin se encarga de
recoger y seleccionar los elementos o productos peligrosos que contiene cada
deshecho. En el caso de la Comunidad Valenciana, el procedimiento es similar,
aunque los ecoparques -lugares donde depositar los deshechos-, sólo sirven para
los residentes de cada municipio que, en la capital valenciana, disponen de un
número de teléfono municipal (010) al que avisar para que pasen a recoger el
material reciclable.
Todo lo que se
puede reciclar
-Grandes
electrodomésticos: grandes equipos refrigeradores, frigoríficos,
congeladores, lavadoras, secadoras, lavavajillas, cocinas, estufas eléctricas,
hornos de microondas o radiadores eléctricos.
Pequeños
electrodomésticos: aspiradoras, aparatos utilizados para coser, hacer
punto, tejer y para otros procesos de tratamiento de textiles, planchas,
tostadoras, freidoras, molinillos, cafeteras o cuchillos eléctricos.
-Equipos de informática
y telecomunicaciones, bien de proceso de datos centralizado (grandes
ordenadores, miniordenadores y unidades de impresión) o sistemas informáticos
personales, como ordenadores personales, portátiles, impresoras, copiadoras,
máquinas de escribir eléctricas o electrónicas, calculadoras de mesa o de
bolsillo, terminales de fax y de télex, teléfonos o contestadores automáticos.
-Aparatos electrónicos
de consumo: radios, televisores, videocámaras, cadenas de alta fidelidad,
amplificadores de sonido o instrumentos musicales.
-Aparatos de alumbrado:
lámparas fluorescentes rectas y compactas, lámparas de descarga de alta
intensidad, de sodio de presión y de haluros metálicos.
-Herramientas
eléctricas y electrónicas: taladradoras, sierras, máquinas de coser,
herramientas para tornear, remachar, soldar o cortar césped.
Máquinas expendedoras: de bebidas calientes, botellas o
latas, productos sólidos y dinero.
Reutilización:
otra forma de solidaridad
Otra forma de deshacerse de un ordenador que ya no responde
a nuestras necesidades es donarlo a una ONG o a entidades sin ánimo de lucro,
(institutos, entre otros) siempre necesitadas de esta clase de material. Cuando
la ONG tiene como objetivo el propio reciclado de ordenadores, mejoran y
arreglan los equipos para su posterior uso por otros colectivos. En otros casos
se puede entregar a asociaciones o entidades que requieran algún material
informático básico. Aún así, es importante destacar que no todo vale para la
donación. Según fuentes de la ONG Ingenieros Sin Fronteras «no podemos aceptar
cualquier cosa». Según esta organización con proyectos de desarrollo
tecnológico en Centroamérica, «si necesitamos ofrecer cursos con programas
actuales y con navegación por Internet, necesitamos una máquina tan potente
como las de aquí, así que sí aceptamos donaciones pero con un mínimo de
calidad».
TeSo, como Ingenieros Sin Fronteras, nace de las inquietudes
de un grupo de estudiantes y profesionales en Telecomunicaciones, en este caso
de la Universidad Politécnica de Valencia, aunque su ámbito de trabajo se
extiende a todo el territorio español. Esta ONG acepta donaciones de material
informático de cualquier entidad o particular. A través de dos talleres de
reciclado los actualizan y posteriormente se entregan a otras ONG sin recursos
para material informático o se envían a otros países con carencias en nuevas
tecnologías.
Por último, esta ONG organiza «Fiestas del Reciclaje», en
las que diversas firmas comerciales participan y muestran a los asistentes cómo
ellos mismos pueden reutilizar y reciclar material informático obsoleto. En
estas fiestas de reciclaje también se obtienen donaciones para futuros
proyectos y se dan a conocer tanto la entidad como las necesidades de
colectivos.